El primer juicio europeo contra piratas somalíes ha dado comienzo
hoy en Rotterdam con una
sorpresa. Los cinco acusados, de entre 25 y 45 años, se han presentado como
pescadores de tiburones que sufrieron una avería en el motor de su lancha
motora en el Golfo de Adén. Según su testimonio, al pedir ayuda al buque Samanyulo, con bandera de las Antillas holandesas,
fueron atacados con armas de fuego.
La versión de la fiscalía es bien distinta,
pero la falta de Gobierno estable en Somalia, considerado un Estado fallido, es
el escenario ineludible de fondo de estos actos de piratería. Para la
acusación, de todos modos, lo que ocurrió frente a las costas de Somalia fue un
caso claro de abordaje frustrado. El grupo tenía armas de guerra, se lanzó sin
éxito contra el Samanyulo, y tuvo que ser
rescatado por la marina danesa, de patrulla por la zona.
El año pasado, al menos 217 abordajes piratas
(de un total de 409 en todo el mundo) ocurrieron en las costas de Somalia. Como
obtener pruebas, y declaraciones, es muy difícil, la mayoría de los bucaneros
son desarmados y puestos en libertad. El pasado martes, sin embargo, un
tribunal de Yemen condenó a muerte a seis piratas somalíes. Otros diez fueron
encarcelados por haber secuestrado un petrolero yemení y asesinado a dos
tripulantes en abril de 2009.